Las mismas preguntas necesitan diferentes respuestas
De algunas ideas que surgen de la lectura, me encontré con una cita a Albert Einstein que puede ayudarnos a reflexionar sobre el futuro de la economía, he aquí algunos extractos y la reflexión sobre el tema.
“En una charla brindada por Paul Rulkens, relata que en 1942 Albert Einstein se desempeñaba como profesor en la Universidad de Oxford. Y “Un día pasó un examen a un grupo de estudiantes de último año de su clase de Física. Al terminar, caminaba con su asistente por el campus cuando este le abordó para preguntarle:
– Disculpe, Dr. Einstein, ¿este examen es exactamente el mismo que pasó al mismo grupo hace un año?
– Sí, sí es exactamente el mismo – respondió Einstein.
– ¿Cómo es posible que les diera el mismo examen del año pasado? – inquirió nuevamente el asistente
– Las preguntas son las mismas, pero las respuestas han cambiado – contestó Einstein.”
En esta crisis del coronavirus, estados como Nueva York, Washington y California han sido de los más golpeados en EE. UU. y, consecuentemente, han adoptado las medidas más restrictivas. En semanas pasadas la discusión era sobre la cantidad de camas hospitalarias, ventiladores, equipamiento para personal médico e implementación de prohibiciones cada vez más restrictivas. Esta semana el tono y tema de discusión ha cambiado y la atención gira hacia cómo abrir la actividad económica. Esto ocurre a medida que se hacen evidentes los enormes costos y la potencia destructiva del paro ocasionado por la crisis de salud. En cuestión de semanas, EE. UU. pasó de tener la tasa de desempleo más baja en su historia a tener 22 millones en el Seguro de Desempleo. El problema es la interrupción de los vasos comunicantes entre los jugadores en los mercados, que no son dirigidos por un cerebro planificador sino por la aparentemente desordenada interacción de personas que intercambian libremente sus ideas, conceptos y propiedad de las cosas.
La actividad productiva, en todos los países del planeta, no es un motor con un botón que se apaga y se vuelve a arrancar automáticamente. Si el semáforo pasa de rojo a verde, la economía no reanudará su marcha como venía y con rumbo al destino previsto antes de detenerse. Las multitudes de personas que se quedan sin empleo no volverán inmediatamente a su trabajo algún lunes que se anuncie el fin del aislamiento. Muchas empresas podrán superar esta crisis y otras tantas han empezado a sucumbir, y entre más tiempo dure el confinamiento serán más las que desaparezcan. Es pertinente pensar que hay que cambiar, hay que reconfigurar el modelo del negocio, hay que renovar el pensamiento, en pocas palabras…hay que cambiar.
La respuesta no está en más o menos aislamiento, sino en algo diferente, está en imaginarse un mundo con nuevas prácticas y nuevos temores. Es en imaginar un consumidor diferente, un empleado distinto, un proveedor con cambios en nuestras cadenas de suministro y una modificación en nuestras empresas. Hay que imaginar…
Si no reaccionamos de manera creativa y congruente con la situación que se nos avecina, la fuerte cuarentena nos hacinará en un túnel cada vez más profundo. Es el momento de introducir innovación y creatividad para abrir la puerta a la actividad productiva y tenemos que pensar y actuar diferente, tenemos que lanzar vasos comunicantes con ideas nuevas. Estos vasos comunicantes deben ser hacia nuestros accionistas, a nuestros colaboradores, a nuestros proveedores, a nuestros clientes y a nuestros mercados objetivo. ¿Cómo lograr que se activen los vasos comunicantes del mercado, con prudencia y seguridad? Las preguntas podrán ser las mismas, las respuestas necesitan cambiar. En ese sentido es necesario establecer una comunicación desde ya para averiguar cómo regresarán a la nueva “normalidad”, bajo qué escenarios, con qué medidas y con qué perspectiva. Debemos actuar en realinear nuestros productos y servicios con los mercados que atendemos y lanzar los mensajes en la época más temprana que podamos.
Por último, es de vital importancia estar conscientes de que esto es nuevo para todos. Nadie tiene las respuestas a las mismas preguntas, debemos, cada uno desde nuestras trincheras, construir el futuro que deseamos. El futuro no llega por casualidad, es producto de la creatividad, innovación y esfuerzo disciplinado. Recordemos “las mismas preguntas necesitan respuestas diferentes”.
Jorge R. Molina
Consultor Xperttia.
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